ANDRÉS CISNEROS –
Exvicecanciller argentino – Cuestionamientos de Capitanich a las declaraciones
del encargado de negocios (actual embajador) de la embajada norteamericana
“Las dos
interpretaciones son posibles: Una es que no hubo intromisión de Kevin Sullivan
en los asuntos internos argentinos. Y la otra que si la hubo fue muy leve y
seguramente involuntaria porque todo el mensaje de Sullivan era a favor de la
Argentina. La conducta de los embajadores extranjeros se regula por la
Convención de Viena de 1961, la cual establece que un diplomático no puede
entrometerse en los asuntos internos de otro país. Lo más probable es que la
interpretación norteamericana sea que el default involucra a
los dos países, y en este caso no hay intromisión en los asuntos internos. Más
allá de esto, me parece exagerada la reacción de Capitanich y Timerman. Creo
que el kirchnerismo busca, como en ocasiones anteriores, explicar sus errores
poniendo como responsable al Imperialismo norteamericano.”
JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ SARÁCHAGA – Director de Oratoria Consulting –
Análisis del discurso de Máximo Kirchner en el Estadio de Argentinos
“El discurso me dio
vergüenza ajena, el cocheo que le hicieron fue lamentable. Todo el mundo salió
a opinar sobre el resumen de 9 minutos del discurso. No vieron el discurso
completo de 30 minutos. Durante el discurso, Máximo pidió que lo ayuden a
terminar a dos minutos de haber empezado. De 29 minutos 54 segundos (el total
del discurso) hubo 7 minutos 45
segundos de tribuna, porque él se quedaba mudo. Al mismo tiempo que Máximo
hablaba el cuervo Larroque repetía el discurso. Además, amenazó a alguien de su
propio entorno en cámara. Repetía el mismo ademán e intentaba hablar como su
padre. Se ahogaba todo el tiempo, cronometramos que nunca pudo hablar más de 30
segundos de corrido. El hijo de la Presidenta actuó un discurso leído y así
todo, se perdió.”
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